30 de septiembre de 2007

Un aplauso para el que además de estudiar... ¡¡trabaja!!

Migliardi, Patricia

Martin, Nicolás

Arias, veronica

Sí, para vos, que tendrías que estar disfrutando del privilegio que tiene ser “estudiante” y sin embargo, mochila al hombro, diario en mano, saliste a buscar trabajo y hoy combinás las dos cosas a la perfección…o bueno, lo intentás.

Ejemplares como vos abundan en la Universidad de Mar del Plata. Según una encuesta realizada por este medio, de cada 100 estudiantes, 70 realizan algún tipo de actividad remunerada.
De la facu al trabajo, luego a casa a estudiar, esa es la rutina de quienes logran cumplir con el doble rol de estudiantes que trabajan o de los laburantes que estudian.

El 57% de los estudiantes necesita de un empleo para mantenerse, a pesar de que el 64% afirma que hacerlo interfiere en su carrera. Sin embargo, no todos lo hacen por falta de dinero. Otra razón fundamental para optar por esta vía, es la independencia económica y la posibilidad de darse ciertos “gustos” que viviendo de los “viejos” no serían posible. En este caso, cuando la urgencia no ataca, se puede acceder a mejores condiciones laborales o incluso hasta encontrar alguna tarea relacionada con el estudio que se está cursando.
Por otra parte, son pocos los que tienen la posibilidad de aplicar los conocimientos obtenidos a través de su carrera en su actividad laboral, ya que sólo el 24% de los encuestados trabaja en relación con su estudio. Tal es el caso de Martín de 23 años, estudiante de abogacía, pasante en un estudio jurídico. “Si bien no me pagan mucho, me sirve para adquirir experiencia. Además la carga horaria es mínima por lo que puedo combinar estudio y trabajo a la perfección”, explica. Martín se encuentra dentro del 40% de los estudiantes que no tienen una ocupación laboral de tiempo completo.
Pero no todos tienen la misma suerte, un 30% de los consultados trabaja 6 horas, y el mismo porcentaje de estudiantes le dedica mayor cantidad de tiempo a su empleo. El esfuerzo es muy grande, la mayoría de los alumnos cursan más de 10 horas semanales y, además, deben dedicar otras horas de estudio fuera de las cursadas, sin tener en cuenta el “tiempo libre” necesario para toda persona.

La encuesta realizada da cuenta también que de los estudiantes-trabajadores, el 65% se encuentra en los últimos años de la carrera, y para ellos hacerlo es una manera de irse formando para el futuro. Ya que consideran que al momento de desarrollarse profesionalmente van a contar con una formación que no la tendrían siendo “solamente” estudiantes.

El 35% restante trabaja desde los comienzos de sus estudios y, en su mayoría, lo hace para mantenerse o ayudar económicamente a su familia.

Combinar ambas responsabilidades a la vez es posible. Lo demuestran día a día cientos de jóvenes, que como vos, además de cargar con los libros, cargan con una responsabilidad que quizá tendría que haber llegado en otro momento de la vida. El mundo del “estudiante-laburante” no distingue horarios ni eventualidades, lo importante siempre es la predisposición, las ganas, y por sobre todas las cosas, esa visión del futuro que muestra, lisa y llanamente, que para llegar a lo que uno quiere hay que arremangarse.

Ventajas generales de los jóvenes que trabajan

  • Ayuda a desarrollarse profesionalmente.
  • Permite al estudiante contar con un ingreso que le da libertad e independencia.
  • Las empresas valoran mucho más a un egresado que cuenta con experiencia que a uno que no la tiene. Los estudiantes que trabajan tienen una rica experiencia que les permite valorar mejor su formación.

Desventajas generales de los jóvenes que trabajan

  • Su desempeño estudiantil se ve afectado en su rendimiento y en su promedio.
  • Los estudiantes alargan la carrera hasta en un 60% por encima de su duración teórica.
  • Algunas empresas prefieren graduados con buen promedio.
  • Los estudiantes ya no cuentan con tiempo libre.

Estudiar y trabajar sin morir en el intento

Acá van un par de consejos:

  • Estudiar en grupo: te va a servir a ponerte al día con aquellas clases que, por trabajo, no pudiste asistir. Completar los apuntes, que por quedarte dormido en la mitad de una teórica, tenés incompletos o aquella frase dicha por el profesor que seguramente “entra” en el examen y que vos ni la escuchaste.
  • Trabajar no más de 6 horas por día.
  • Ser puntual y no faltar a la facultad: tené en cuenta que sos un estudiante que “trabaja” y que lo más importante es tu estudio. Ponele todas tus ganas y todo tu esfuerzo. Además faltar te puede sacar del ritmo de estudio y hasta desmotivarte.
  • Disfrutar de tu tiempo libre al máximo.
  • Encontrar el lado positivo al trabajo que, aunque no tenga relación con lo que estudias, te aporta experiencia que te va a ser de gran ayuda al momento de recibirte.


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